El viernes, en Barcelona, Francesco se acercó a la presentación y se llevó el libro. Se lo leyó rápido (ahora anda descojonándose con la novela de Patxi) e incluso ya ha hecho una reseña en su blog. Por cierto, que de Barcelona me traje buenas vibraciones: Tesa y Xavi, Elias y Silvia, Fernando Clemot y Jorge Sánchez y Francesco y mucha más gente que nos arropó a Patxi y a mí en una ciudad invadida por la música y el 15M.
"En una hora y media tenía leída la novela de Esteban, lo cual significa que la lectura duró menos que el torneo, pero resultó ser tan amena que luego dormí como un bebé. Eso se llama trasmitir energía positiva, y la verdad es que esta novela, en forma de cuentos hilados, nos lleva hacia la paz interior y nos hace reflexionar sobre cómo despertar la sabiduría que llevamos dentro disfrutando de las pequeñas cosas del día a día."
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Hora y media atrapada en "La enfermedad del lado izquierdo", disfrutando de su lenguaje fresco, a ráfagas, como el aíre de esos siete picos donde este hombre tranquilo al que no le gusta discutir enmarca el paraíso que intuye.
ResponderEliminarSiento ternura por el protagonista pero también cabreo: ¿cómo alguien es capaz de soportar esa vida sin amor, poblada de normas, que su mujer Norma le impone desde el cuaderno de hule azul?
¿Qué hubiera sido de él si su estricta mujer no hubiera decidido cambiar la cerradura y no dejarle volver a su propia casa? No lo quiero ni imaginar.
Esteban, me lo he pasado de miedo. Se me ha hecho corto el tiempo que le he dedicado, y me hubiera gustado un poco más sobre todo en la primera parte del relato, mi favorita.
Me encanta la sutil ironía que hay tanto en los momentos felices como en los más dramáticos.
He visualizado y recordado los parajes por los que transcurre la historia y que también conozco. Un doble placer.
Un abrazo, Esteban, y suerte con esta nueva aventura